El tiempo que vivimos en Tailandia nos dio para ver mucho, pero lógica y afortunadamente no para todo. Es por eso que antes de cada nuevo paso debíamos decidir hacia dónde íbamos a darlo y, en este caso, entre Chiang Rai y Pai, nos quedamos con el segundo.
El porqué es sencillo: nos daba igual. Ambos destinos tenían atractivo ante nuestros ojos así que simplemente nos decantamos por el menos conocido y más rural.